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Alzheimer: señales que no debes ignorar para un diagnóstico oportuno

En el olvido normal, la persona puede recuperar lo olvidado de forma espontánea o con ayuda.

La enfermedad de Alzheimer afecta a una de cada ocho personas mayores de 65 años y se diagnostica un nuevo caso cada tres segundos en el mundo, según señala el neurocientífico Facundo Manes. Las proyecciones indican que los 35,6 millones de personas afectadas actualmente podrían aumentar a 65,7 millones para 2030 y 115,4 millones para 2050. Ante este panorama, el diagnóstico precoz resulta fundamental, especialmente tras la reciente aprobación por la FDA del donanemab (Kisunla™), un fármaco que ralentiza la progresión de la enfermedad en su fase inicial.

Síntomas que distinguen al Alzheimer del envejecimiento normal

Reconocer la diferencia entre cambios cognitivos propios de la edad y los primeros signos de Alzheimer es crucial para un diagnóstico temprano. La Alzheimer’s Association identifica diez señales de alerta que deben motivar una consulta médica:

Pérdida de memoria que afecta la vida cotidiana: olvidar información recién aprendida, fechas importantes, a diferencia del olvido ocasional propio de la edad.

Dificultad para planificar o resolver problemas: problemas para seguir recetas conocidas o manejar cuentas mensuales, más allá de errores ocasionales.

Problemas para completar tareas habituales: dificultad para conducir a lugares conocidos o recordar reglas de juegos familiares.

Desorientación temporal o espacial: no saber dónde se encuentra o cómo se llegó allí, confundir fechas o estaciones.

Dificultad para interpretar imágenes: problemas para leer, juzgar distancias o distinguir colores y contrastes.

Olvido patológico

Los expertos enfatizan la importancia de diferenciar entre olvidos benignos y patológicos. Según el Dr. Ricardo Allegri, en el olvido normal la persona no recuerda parte de una situación, pero puede recuperarla después de forma espontánea o con ayuda. Por ejemplo, olvidar momentáneamente un nombre y recordarlo más tarde.

En contraste, el olvido patológico implica perder una situación completa sin capacidad de recuperarla posteriormente. Un ejemplo clásico sería cuando alguien visita a un familiar mayor y al día siguiente, al llamarlo por teléfono, este responde: “Hace tanto tiempo que no nos vemos”. 

Las otras cinco señales incluyen problemas del lenguaje, colocación de objetos en lugares incorrectos, deterioro del juicio, disminución de la iniciativa social y cambios notables en el humor o personalidad, todos diferenciables de las alteraciones leves propias del envejecimiento.

Aunque la enfermedad de Alzheimer no tiene cura, su detección temprana permite acceder a tratamientos que pueden ralentizar su progresión. La evaluación profesional permitirá descartar otras causas tratables y, en caso necesario, iniciar oportunamente las intervenciones que podrían mejorar significativamente la calidad de vida del paciente y su entorno familiar.