El mundo católico despide al papa Francisco, fallecido este 21 de abril en el Vaticano a los 88 años. Líder carismático y progresista, Jorge Mario Bergoglio será recordado por su incansable labor pastoral en favor de los pobres, su estilo austero y sus intentos de modernizar una Iglesia dividida entre tradición y cambio.
Un pontificado marcado por la humildad y los desafíos
Primer papa latinoamericano y jesuita en la historia, Francisco fue elegido en 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI. Durante sus doce años de pontificado, abogó por una Iglesia más cercana a los marginados y desafió estructuras internas arraigadas.
Entre sus logros más destacados se encuentran:
- Lucha contra la corrupción en el Vaticano.
- Medidas para frenar el encubrimiento de abusos sexuales dentro de la Iglesia.
- Defensa de los migrantes, la justicia climática y la paz mundial.
- Reivindicación del papel de la mujer en la Iglesia y apertura al diálogo interreligioso.
No obstante, enfrentó fuerte oposición del ala conservadora, especialmente por sus posturas hacia las parejas homosexuales y la ordenación de hombres casados.
Una despedida entre multitudes
A pesar de su delicado estado de salud, incluyendo una reciente hospitalización por neumonía, el Papa hizo su última aparición pública durante el Domingo de Pascua, saludando desde el papamóvil a más de 50.000 fieles en la Plaza de San Pedro.
El cardenal Kevin Farrell confirmó su fallecimiento a las 7:35 a.m. del lunes, iniciando el tradicional período de luto y la preparación del próximo cónclave. Francisco será enterrado, por propia voluntad, en la Basílica de Santa María la Mayor, renunciando al ceremonial habitual.
Francisco fue un reformador con límites, pero un pastor incansable. Su muerte marca el fin de una era en la Iglesia católica, abriendo un nuevo capítulo que deberá balancear tradición e innovación. Su legado, sin duda, resonará más allá del Vaticano.
