Un fenómeno turístico impulsado por la devoción y el contexto religioso
Tras el fallecimiento del Papa, Roma se ha convertido en el epicentro de una movilización masiva de visitantes. El incremento en las reservas ha provocado que el 90% de los alojamientos estén ocupados, y los precios hoteleros se han disparado entre un 30% y un 75% respecto a la tarifa habitual, dependiendo de la ubicación y categoría del establecimiento.

Los vuelos hacia Roma también han mostrado un alza considerable. Para rutas clave como Madrid-Roma, el costo de un boleto de ida ha superado los 400 euros, especialmente con las fechas más cercanas al funeral. En general, los precios aéreos han subido hasta un 60%, con vuelos agotados en franjas horarias clave.
Refuerzo en la conectividad y cifras económicas en ascenso
Para hacer frente al aumento de la demanda, varias aerolíneas han aumentado la capacidad de sus vuelos. Se han dispuesto más de 10,000 plazas adicionales en la ruta entre Madrid y Roma, modificando modelos de aeronaves para transportar hasta 288 pasajeros por vuelo. El aeropuerto romano de Fiumicino, sin embargo, enfrenta limitaciones de ampliación por saturación operativa.
El turismo institucional y religioso también impulsa el gasto medio por visitante. Delegaciones internacionales, cuerpos diplomáticos y turistas en general generan un gasto diario estimado de entre 3,000 y 8,000 euros por grupo, considerando hospedaje, seguridad, transporte y protocolo.
Además, se estima que solo el turismo doméstico podría dejar hasta 50 millones de euros en ingresos durante las semanas posteriores, gracias a la alta demanda en servicios gastronómicos, transporte, tours guiados y souvenirs.
El turismo y la fe transforman la economía de una ciudad histórica
El impacto generado por este acontecimiento no solo es simbólico, sino también económico y logístico. Roma, acostumbrada al flujo constante de visitantes, ha demostrado su capacidad de respuesta ante eventos de gran escala. En esta ocasión, la fe, la historia y la diplomacia convergen para transformar temporalmente el ritmo y las prioridades de una capital con profunda resonancia global.