El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la actividad económica de México creció un 0.7% en abril de 2025 comparado con el mismo mes del año anterior, según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE). Sin embargo, en términos mensuales, el crecimiento fue prácticamente nulo, con apenas un 0.04%, lo que enciende alertas sobre una posible desaceleración en el segundo trimestre del año.

Comportamiento desigual por sectores económicos
El análisis sectorial revela un panorama contrastante en la economía mexicana. Las actividades terciarias (comercio y servicios) registraron un incremento anual de 1.5%, consolidándose como el principal motor de crecimiento. En contraparte, las actividades secundarias (minería, manufacturas, construcción y electricidad) sufrieron una contracción de 0.8% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta divergencia refleja los desafíos que enfrenta el aparato productivo mexicano ante un entorno económico global incierto y problemas internos de inversión.
Perspectivas para la economía nacional
Los especialistas consideran que estos datos confirman la tendencia de desaceleración que ya se anticipaba para 2025. El IOAE proyectó una contracción anual de 0.2% para marzo, cifra que será confirmada el próximo 22 de mayo cuando se publique oficialmente el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE). Economistas de instituciones financieras han ajustado a la baja sus pronósticos de crecimiento para México, situándolos alrededor del 1.5% anual para 2025, por debajo del 2.0% registrado en 2024, citando como factores de preocupación la incertidumbre en la relación comercial con Estados Unidos, la caída en la inversión privada y las presiones inflacionarias persistentes.
Los datos del INEGI reflejan una economía mexicana que, aunque mantiene un crecimiento positivo interanual, muestra signos de ralentización mes a mes. El desempeño dispar entre sectores, con servicios creciendo y manufacturas contrayéndose, sugiere que la recuperación económica postpandémica sigue siendo frágil e irregular. Las autoridades económicas enfrentan el reto de implementar políticas que equilibren el impulso a todos los sectores productivos mientras se mantiene la estabilidad macroeconómica en un contexto internacional volátil.