Ciudades santuario: un modelo local de inclusión y seguridad
En Estados Unidos, más de 100 ciudades y al menos 14 estados implementan políticas conocidas como “santuario”, con el objetivo de limitar la colaboración con autoridades migratorias federales como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Estas medidas buscan proteger a las comunidades migrantes, fomentar la confianza ciudadana y promover un acceso seguro a servicios básicos.

Ciudades como Nueva York, San Francisco, Chicago, Denver y Los Ángeles han desarrollado ordenanzas y guías que restringen el intercambio de información migratoria, especialmente en espacios sensibles como escuelas, hospitales o refugios.
¿Qué hacen las ciudades santuario por las comunidades migrantes?
Las acciones varían por jurisdicción, pero comparten objetivos comunes: reducir el miedo a la deportación, fortalecer la seguridad pública y garantizar derechos esenciales. Algunos ejemplos:
- Chicago prohíbe el ingreso de agentes de ICE a escuelas sin orden judicial.
- Denver ofrece manuales multilingües y programas de asentamiento para nuevos migrantes.
- Los Ángeles y San Francisco impiden que empleados públicos colaboren con redadas migratorias.
- Nueva York garantiza acceso educativo sin distinción de estatus migratorio.
Estas políticas también buscan liberar a la policía local de tareas migratorias, permitiéndoles enfocarse en delitos reales, según argumentan varios alcaldes.
Una defensa local frente a desafíos nacionales
Aunque el panorama migratorio federal en Estados Unidos continúa siendo incierto, las ciudades santuario se consolidan como espacios de contención, apoyo y resiliencia. Su modelo promueve una convivencia más segura e inclusiva, y pone en valor la autonomía de los gobiernos locales para defender los derechos humanos dentro de sus comunidades.