Generalmente muchas empresas se enfrentan a problemáticas con sus equipos de trabajo y no logran alcanzar sus objetivos y no porque estén mal, sino porque el líder no está preparado y los resultados no son como se esperan. Alguna vez te has preguntado qué significa ser un buen líder, no me refiero precisamente a dar órdenes y esperar resultados. También existen muchos líderes que a pesar de sus esfuerzos se enfrentan a diversas dificultades y esto se debe en gran medida a que no abonan ideas inspiradoras y motivadoras para que ellas alcancen un máximo potencial, de ahí nace la habilidad de los líderes a crear un ambiente de trabajo poco comprometido, negativo y sin entusiasmo. Por ello te comparto algunas tres recomendaciones que para mí han sido clave en la formación en el líder que puedes desarrollar y crear un ambiente de confianza y apoyo mutuo.

Mi primera recomendación es que te enfoques en tres conceptos muy importantes que son, por ejemplo, la vulnerabilidad, es decir, debes de tener claridad sobre tus valores y limitaciones, siendo consciente de que modificaciones a cambios requeridos haces y aceptar tus debilidades y errores, te vuelves más proactivo, auténtico e inspira a crecer y transformar, no temas en función a esto a equivocarte, ya que ser resiliente, que minimiza equivocaciones; aprender de ese conflicto, es básico en los líderes que marcan su huella.
La segunda es la importancia de estar siempre buscando innovar, adaptarte a los cambios, ejecutar nuevas ideas creativas, esto implica una toma de decisiones más ágil, flexible transmitiendo desde discursos firmes o técnicos, esto refuerza tu nivel de credibilidad para impactar a otros, empodérate y no te olvides que ser guía es construir desde la empatía, a través de cada pequeña acción, palabra y decisión.
¿Cómo establecer tus objetivos y cómo puedes medir el desempeño de tus acciones? Evalúa tus resultados con base en tu liderazgo, tus resultados, revisa el impacto que generas con tu equipo de trabajo, en lo individual y colectivo, esto te permitirá mejorar tus debilidades, asumir tu liderazgo de forma abierta y concreta y generar condiciones que sean claras para que trabajen hacia una meta, generando estrategias de planificación, incluyendo herramientas de mejora que brinden apoyo específico a cada miembro.
Todo líder debe de tener claridad sobre sus valores y de cómo esto le ayuda a accionar, si no eres coherente con lo anterior, puedes hacer eso, te dará la base para saber cómo construir relaciones con los demás, comunicar tu propósito, tu propósito, tu sueño, tu legado y tus metas. Vuélvete un modelo a seguir, no perfecto, sólo auténtico. Nadie te nombrará un gran líder, tú mismo sabrás si lo eres, lo sientes, lo transmites, lo proyectas. El liderazgo no es una posición, es un estado mental, un estilo de vida y un conjunto de acciones que te permiten ser congruente con el rol que ejerces dentro de una organización.
Te invito a que construyas, inspires y desarrolles el potencial de tu equipo, recuerda que no se trata de títulos sino de acciones y resultados.