El festival Lapu Lapu en Vancouver, celebrado en honor al héroe filipino anticolonialista, se tiñó de tragedia la noche del sábado cuando un vehículo embistió a una multitud, dejando 11 muertos y decenas de heridos. El responsable, Kai-Ji Adam Lo, de 30 años, fue detenido en el lugar, según confirmaron las autoridades locales.

Un ataque no relacionado con terrorismo
La policía de Vancouver informó que el incidente ocurrió alrededor de las 20:14 (hora local), cuando el sospechoso condujo su SUV Audi hacia una zona cerrada al tráfico, arrollando a cientos de asistentes. Aunque la brutalidad del acto estremeció al país, las investigaciones preliminares descartaron vínculos terroristas. El jefe policial Steve Rai señaló que problemas de salud mental parecen ser el detonante detrás del ataque.
Entre las víctimas fatales, cuyos rangos de edad oscilan entre los 5 y 65 años, se encontraban hombres, mujeres y niños. Algunos de los heridos permanecen en estado crítico, por lo que las cifras podrían aumentar. Testigos como Abigail Andiso describieron escenas caóticas de cuerpos esparcidos y gritos de desesperación.
Reacciones y consecuencias inmediatas
El primer ministro Mark Carney suspendió sus actividades de campaña electoral para trasladarse a Vancouver y rendir homenaje a las víctimas, calificando el hecho como una “pesadilla nacional”. Asimismo, líderes de la oposición y mandatarios internacionales, como el presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. y el rey Carlos III, enviaron condolencias a la comunidad.
El festival, que incluía conciertos, bailes y un desfile, fue abruptamente interrumpido por el acto de violencia. La tragedia reabre el debate en Canadá sobre la seguridad en eventos públicos y la necesidad de reforzar los protocolos de protección comunitaria.
La investigación sigue en curso mientras Vancouver y su comunidad filipina intentan sanar las heridas de uno de los días más oscuros en la historia reciente de la ciudad.