El ensayo clínico Challenge, presentado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Médica (ASCO) en 2025 y publicado en New England Journal of Medicine, demostró que el ejercicio físico estructurado actúa como tratamiento efectivo contra el cáncer de colon. Investigadores del Grupo Canadiense de Ensayos en Cáncer siguieron durante 17 años a 889 pacientes con cáncer colorrectal en estadios II y III de alto riesgo. El grupo que realizó ejercicio acompañados por especialistas redujo el riesgo de muerte en un 37%, lo que equivale a salvar 7 vidas por cada 100 pacientes tratados.
Protocolo Científico de Ejercicio como Tratamiento Oncológico
El programa incluyó actividad aeróbica recreativa: 45-60 minutos de caminata rápida o 25-30 minutos de trote moderado, tres a cuatro veces por semana, durante tres años después del tratamiento convencional. Los pacientes fueron divididos en dos grupos: uno con ejercicio supervisado por fisioterapeutas y otro que solo recibió orientación educativa.
Tras ocho años, la supervivencia global fue del 90% en el grupo con ejercicio frente al 83% en el grupo control, una diferencia estadísticamente significativa que posiciona al ejercicio como intervención terapéutica comparable a tratamientos convencionales.
Mecanismos Biológicos y Implementación Clínica Sistemática
Chris Booth, co-coordinador del estudio, aclara que el ejercicio no sustituye cirugía ni quimioterapia, sino que se integra como parte del tratamiento. Sus beneficios incluyen mejoras inmunológicas, reducción de inflamación, optimización metabólica y fortalecimiento cardiovascular.
La implementación efectiva requiere fisioterapeutas y kinesiólogos en equipos médicos, con programas individualizados. Mikel Izquierdo, catedrático en la Universidad Pública de Navarra, califica el estudio como un hito que justifica cambiar guías clínicas, aunque advierte que, como los fármacos, el ejercicio debe dosificarse correctamente y requerirá inversión en personal e infraestructura.
