Elon Musk, el multimillonario director ejecutivo de Tesla y SpaceX, anunció el miércoles 28 de mayo que deja su cargo como asesor del gobierno de Donald Trump, tras dirigir en los últimos meses al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Su salida se produce en medio de una inesperada confrontación con el presidente por su controvertido proyecto presupuestario.

La salida de Musk
La razón principal detrás de esta abrupta salida radica en las críticas que Musk expresó contra el megaproyecto presupuestario impulsado por Trump, conocido como la “Ley de un gran y hermoso proyecto de ley”. Se estima que el plan podría incrementar el déficit presupuestario de Estados Unidos en cerca de 600 mil millones de dólares durante el próximo ejercicio fiscal, contrario a la intención inicial de reducirlo desde el departamento correspondiente.
El futuro de la eficiencia gubernamental en duda
Durante su breve gestión, Musk eliminó fondos para ayuda exterior estadounidense y supervisó el recorte de decenas de miles de puestos de trabajo en la administración federal. Sin embargo, el multimillonario se lamentó de que la burocracia de Washington resultó ser “mucho peor de lo que pensaba”, según confesó, lo que dificultó su capacidad para implementar cambios significativos.
El empresario había anunciado a finales de abril que reduciría significativamente su dedicación a la política para volver a dirigir sus empresas. Esta decisión llegó después de que sus negocios, particularmente Tesla, experimentaran caídas en ventas y protestas de consumidores debido a su asociación con la administración Trump.
La salida de Musk del DOGE, aunque coincide con el límite establecido de 130 días para “empleados especiales del gobierno”, deja interrogantes sobre el futuro de las iniciativas de ahorro en la administración republicana. En su mensaje de despedida, el magnate tecnológico aseguró que “la misión del DOGE solo se reforzará con el tiempo”, aunque su partida en medio de desacuerdos públicos con Trump sugiere un distanciamiento que podría tener repercusiones significativas en futuras políticas económicas del gobierno.