Elon Musk perdió 34.000 millones de dólares en pocos días tras un conflicto público con Donald Trump. La caída del valor de Tesla y la amenaza de cancelar contratos federales afectaron su fortuna. El enfrentamiento, con fuertes implicaciones políticas y económicas, reavivó el debate sobre el poder empresarial en la era del magnate-presidente.

Choque político y financiero sin precedentes
El conflicto inició cuando Musk criticó la gestión de Trump y propuso eliminar su emblemática ley fiscal. Trump respondió advirtiendo que podría cancelar contratos gubernamentales clave con SpaceX y Tesla. Las acciones de Tesla cayeron un 14 %, afectando seriamente el patrimonio del empresario. Se informó que esta pérdida es la segunda más grande registrada en su índice de multimillonarios. Musk, quien aún lidera esa lista, expresó su descontento en X, citando a Clint Eastwood: “Anda, alégrame el día”. También sugirió crear un nuevo partido político que represente al 80 % de los estadounidenses.
Impacto en sus empresas y tensiones futuras
La ruptura con Trump amenaza el futuro de múltiples compañías dirigidas por Musk.
Entre ellas, destacan xAI Holdings, Neuralink y SpaceX, todas con proyectos que podrían verse afectados por regulaciones federales. Neuralink, por ejemplo, podría enfrentar obstáculos en la FDA si el conflicto escala. El proyecto de ley criticado por él elimina subsidios a vehículos eléctricos, lo que impactaría las ganancias de Tesla. Esta tensión ha alejado a consumidores progresistas y sembrado dudas sobre su estrategia política.
La disputa entre Musk y Trump trasciende el ámbito personal: revela tensiones profundas entre política y tecnología. A medida que las consecuencias económicas se amplifican, el rumbo de sus empresas y su papel en la política estadounidense podrían redefinirse en los próximos meses, alterando el equilibrio de poder empresarial.