Elon Musk vuelve a sacudir el tablero tecnológico con una predicción audaz: en pocos años, los celulares dejarán de existir. Según el empresario, serán sustituidos por implantes neuronales, capaces de conectar directamente el cerebro con sistemas digitales. ¿Una visión futurista o el próximo gran salto?

Neuralink y el control mental de dispositivos
Durante una presentación reciente de Neuralink, Musk detalló cómo su compañía desarrolla interfaces cerebro-computadora que permitirán a los humanos comunicarse con tecnología sin necesidad de pantallas ni teclados.
Ya en 2024, el primer paciente humano, Noland Arbaugh, fue implantado con un chip que le permitió realizar tareas digitales solo con sus pensamientos: desde escribir hasta jugar videojuegos.
- El dispositivo mide 23 mm de diámetro y contiene 1.024 electrodos.
- Detecta señales neuronales y las convierte en comandos digitales.
- Se inserta mediante un robot quirúrgico de alta precisión.
Aunque actualmente su aplicación es terapéutica, Musk visualiza un futuro donde cualquier persona podrá usar estos chips para reemplazar el uso cotidiano del celular.
Desafíos éticos, regulatorios y sociales
Pese al entusiasmo del magnate, el uso de implantes neuronales en humanos sanos plantea múltiples dilemas:
- Privacidad de datos mentales
- Seguridad cibernética del dispositivo
- Acceso equitativo a la tecnología
La FDA ya ha impuesto controles estrictos para su aprobación clínica, y la comunidad científica mantiene una postura prudente. Sin embargo, Musk insiste en que estos dispositivos evolucionarán rápidamente hacia un uso masivo.
La idea de reemplazar los smartphones por tecnología cerebral aún está en sus primeras etapas. Pero con prototipos funcionales y un ritmo acelerado de innovación, la visión de Musk podría redefinir la manera en que interactuamos con el mundo digital.