El debate sobre qué significa ser “clase media” en México ha recobrado fuerza tras los últimos datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Más allá del ingreso económico, la clasificación social incluye acceso a servicios, tipo de empleo y nivel educativo. Esta nota analiza las cifras oficiales y sugiere cómo interpretar la estructura socioeconómica del país en 2025.

Ingresos por clase social: datos clave del INEGI
Según el estudio “Cuantificando la Clase Media en México 2010-2020”, actualizado recientemente, los hogares mexicanos se clasifican así:
- Clase baja: $11,343 MXN mensuales en promedio
- Clase media: $22,297 MXN mensuales
- Clase alta: $77,975 MXN mensuales
Estas cifras, aunque representativas, varían dependiendo del entorno urbano o rural:
- Zonas rurales
- Clase baja: $9,313
- Clase media: $18,569
- Zonas urbanas
- Clase baja: $12,977
- Clase media: $23,451
- Clase alta: $77,975
Además, el INEGI estima que 65% de la población pertenece a la clase baja, mientras que solo 1% forma parte de la clase alta.
Servicios y ocupaciones: el verdadero diferenciador
El ingreso no es el único indicador de clase social. Según el INEGI:
- Los hogares de clase media acceden más a:
- Internet (74%)
- Automóvil propio (61.6%)
- TV de paga (55.3%)
- Tarjeta de crédito (41.7%)
- Educación privada (31.5%)
- Servicio doméstico (20.4%)
- En términos laborales:
- Clase media: asalariados y directivos formales (hasta 56%)
- Clase baja: trabajos físicos o de supervisión, con largas jornadas y baja remuneración
La segmentación social en México sigue marcada por profundas desigualdades económicas y de acceso a servicios básicos. Aunque los ingresos sirven de guía, la pertenencia a una clase también implica condiciones laborales y educativas. Con una clase media reducida y una brecha de más de $55,000 pesos entre media y alta, los desafíos para reducir esta disparidad son urgentes y complejos.