En los últimos años, México ha experimentado una notable proliferación de tiendas de origen chino que ofrecen una amplia gama de productos a precios sumamente competitivos. Estas tiendas, que en ciudades como Puebla ya superan las 20 sucursales, comercializan desde artículos para el hogar hasta prendas de vestir que, en muchos casos, ostentan etiquetas de marcas reconocidas sin ser auténticas. Además, se ha detectado que algunas de estas prendas presentan etiquetados engañosos, indicando composiciones de materiales que no corresponden a la realidad, como afirmar ser de algodón cuando en realidad son 100% poliéster.

El Instituto Textil Nacional (ITN), con sede en Puebla, ha llevado a cabo análisis detallados sobre la composición de estas prendas, confirmando la discrepancia entre lo que se anuncia y la verdadera constitución de los materiales. Estas prácticas no solo representan un engaño al consumidor, sino que también plantean serias preocupaciones en torno a la competencia desleal y la evasión fiscal.
La Cámara de la Industria Textil (Citex) de Puebla-Tlaxcala ha manifestado su inquietud ante la creciente presencia de mercancía asiática ilegal en el mercado local. Según Jorge Moreno Rojas, presidente de Citex, en 2024 dos fábricas textiles locales cerraron y tres más detuvieron sus operaciones debido a la competencia desleal que representa la entrada de estos productos. Esta situación ha resultado en la pérdida de aproximadamente 1,500 empleos y una reducción en la capacidad productiva del sector al 62%.
Las autoridades han avanzado en la detección de prácticas de contrabando y subvaluación en estas tiendas, muchas de las cuales no cumplen con las obligaciones fiscales. Operativos recientes, como el realizado en noviembre de 2024 en la Plaza Izazaga 89 de la Ciudad de México, evidencian la magnitud del problema. En dicha intervención, las autoridades decomisaron más de 262,000 productos de origen asiático que carecían de documentación adecuada para su distribución y venta. (El economista)
La expansión de estas tiendas también ha generado dudas respecto a las instalaciones del personal asiático que las opera, así como sobre los permisos y requisitos necesarios para su establecimiento. Mientras tanto, los comerciantes locales enfrentan múltiples regulaciones y trámites para operar legalmente, situación que dificulta en gran parte de estos procedimientos, lo que profundiza la sensación de competencia desleal entre los empresarios locales. (El País)
Ante este panorama, es imperativo que las autoridades refuercen los mecanismos de supervisión y el control para garantizar el cumplimiento de las normativas comerciales y fiscales. Asimismo, es esencial promover campañas de concientización entre los consumidores sobre la importancia de adquirir productos de procedencia legal y de calidad certificada, apoyando así a la industria nacional y protegiendo los derechos como compradores.
La colaboración entre el sector privado, las instituciones gubernamentales y la sociedad civil será clave para establecer una defensa sólida y salvaguardar la economía local frente al ingreso de mercancía ilegal o fraudulentas.