La histórica marca británica Jaguar enfrenta su mayor crisis comercial tras registrar apenas 49 ventas en Europa durante abril de 2025. La caída del 97.5% coincide con su radical transformación hacia el mercado de vehículos eléctricos, una estrategia que ha dejado a concesionarios sin inventario y a consumidores desorientados.
Un cambio drástico que dejó a Jaguar sin escaparate
Bajo su plan “Reimagine”, Jaguar cesó la producción de sus modelos tradicionales a fines de 2024. La eliminación de sedanes como el XE y el XF, junto al deportivo F-Type, dejó el mercado casi sin opciones. Solo el SUV F-Pace quedó disponible en volúmenes limitados.
En contraste, competidores como BMW y Audi mantuvieron una oferta mixta de motores a combustión, híbridos y eléctricos. BMW, por ejemplo, creció 6.2% en ventas europeas durante el primer trimestre, gracias a modelos como el i4, sin abandonar los clásicos Serie 3 y X5.
Esta retirada abrupta generó una desconexión con su base histórica de clientes. En palabras del director general de Jaguar, Rawdon Glover, la marca anticipa que solo un 15% de sus compradores actuales volverá cuando relancen sus modelos eléctricos en 2027.
Una campaña de rebranding que no convenció a nadie
El rediseño de marca liderado por Accenture Song sustituyó el icónico felino por una tipografía simple y un mensaje de ruptura total: “Copy Nothing”. Sin mostrar autos, el video promocional fue duramente criticado por ignorar el legado automovilístico de la marca.
Figuras como Elon Musk ironizaron públicamente la campaña, mientras que en redes sociales abundaron comentarios negativos. La ausencia de vehículos disponibles reforzó la percepción de vacío comercial.
Audi y Mercedes-Benz optaron por transiciones más graduales, integrando tecnologías eléctricas sin sacrificar presencia de mercado. Jaguar, en cambio, parece haber apostado por un reinicio que hoy se percibe más como desaparición que como evolución.
