Krispy Kreme, la reconocida cadena de rosquillas, enfrenta uno de los trimestres más críticos de su historia reciente. La compañía estadounidense reportó pérdidas cercanas a los 33.3 millones de dólares en los primeros tres meses de 2025, cuadruplicando sus números rojos del mismo periodo del año anterior. El desplome de hasta 30% en sus acciones y la suspensión del dividendo han encendido alarmas entre inversionistas y analistas.

Ciberataque, desinversiones y caída de ingresos
La compañía atribuyó una parte significativa de sus pérdidas a un ciberataque sufrido a finales de 2024, que generó costos extraordinarios por 4.4 millones de dólares. A esto se suma una caída del 15.3% en ingresos trimestrales, que totalizaron 375.2 millones de dólares, impactados por la venta parcial de su participación en Insomnia Cookies.
Otros factores clave fueron:
- Disminución del 20.1% en ingresos en EE. UU. (236.5 millones USD)
- Reducción del 4.1% en mercados internacionales (119.6 millones USD)
Suspensión de dividendos y enfoque en crecimiento sostenible
En respuesta a este panorama, Krispy Kreme decidió suspender el pago de dividendos trimestrales. Según su consejero delegado, Josh Charlesworth, la medida busca redirigir recursos hacia la reducción de deuda y un modelo de crecimiento rentable. La empresa también planea refranquiciar operaciones en mercados como México, Japón, Australia y Reino Unido.
Además, aunque sus productos ya se distribuyen en 2,400 restaurantes McDonald’s, la firma reevaluará el calendario de expansión conjunta debido a la incertidumbre económica.
Krispy Kreme atraviesa un momento de transformación forzada. Entre ciberataques, pérdida de ingresos y la necesidad de reajustar su modelo operativo, la firma apuesta por un enfoque más ágil y enfocado en el rendimiento de capital. Sin embargo, la suspensión de dividendos y la caída de sus acciones podrían marcar un antes y un después en la percepción de los inversionistas.