En Yakutsk, al este de Rusia, un grupo de científicos ha realizado una autopsia sin precedentes a una cría de mamut lanudo de 130.000 años, descubierta en el permafrost siberiano. El hallazgo, catalogado como uno de los más relevantes de la paleontología moderna, ofrece claves únicas sobre la fauna, el clima y la microbiota de la era glacial.

Un fósil en estado casi perfecto
Apodado “Yana”, el ejemplar juvenil presenta un nivel de conservación sorprendente: piel marrón grisácea, mechones de pelo rojizo, órganos internos como el estómago, intestinos e incluso restos alimenticios. Los investigadores destacaron que el cadáver conserva colmillos de leche, lo que indica que tenía poco más de un año al morir.
- Altura: 1,2 metros
- Peso estimado: 180 kg
- Ubicación: región de Sajá (Siberia oriental)
El cuerpo fue hallado parcialmente expuesto, tras deslizarse por un acantilado, mientras sus extremidades traseras seguían congeladas bajo tierra.
Claves científicas del hallazgo
La necropsia fue realizada bajo estrictas condiciones de bioseguridad en el Museo del Mamut de Yakutsk. Entre los descubrimientos destacan:
- Microbiota interna que podría arrojar luz sobre la evolución bacteriana.
- Esporas vegetales presentes en su sistema digestivo.
- Olor característico a “carne fermentada y tierra”.
Este hallazgo representa mucho más que un descubrimiento paleontológico: es una cápsula del tiempo biológica que permitirá reconstruir con precisión ecosistemas extintos. Mientras el deshielo del permafrost revela más secretos del pasado, también plantea nuevos desafíos sobre la liberación de posibles agentes patógenos. La ciencia, una vez más, se asoma al pasado para comprender el futuro.