El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 2 de abril una drástica imposición de aranceles “recíprocos” contra decenas de países. La medida establece un arancel mínimo del 10% sobre todas las importaciones, con tasas mucho más elevadas para socios clave como China (34%), Unión Europea (20%) y Japón (24%). Estas barreras entrarán en vigor en dos fases: el arancel mínimo este 5 de abril y los específicos el 9 de abril.

La nueva política arancelaria: un mapa global
Las naciones asiáticas recibirán algunos de los impuestos más altos: Vietnam (46%), Camboya (49%), Tailandia (37%), Indonesia (32%), India (26%), Corea del Sur (25%) y Japón (24%).
La mayoría de países latinoamericanos recibirán el arancel base del 10%, con excepciones como Nicaragua (18%) y Venezuela (15%). México y Canadá quedan exentos de los aranceles recíprocos por ahora, aunque siguen sujetos a medidas previas relacionadas con el fentanilo.
Todos los automóviles fabricados en el extranjero recibirán un arancel del 25%. Curiosamente, la lista no incluye a Cuba, Rusia, Bielorrusia y Corea del Norte, naciones ya sujetas a importantes sanciones.
Trump justificó estas medidas alegando que son una respuesta a los impuestos que otros países aplican a productos estadounidenses. Sin embargo, datos de la OMC muestran que el arancel promedio de EE. UU. es de apenas 2.2%, frente al 2.7% de la UE y el 3% de China.
Impacto global: reacciones y riesgo de recesión
China prometió “contramedidas firmes”, mientras la UE prepara un paquete de respuestas. Economistas advierten que estas medidas podrían desencadenar una recesión global, evocando comparaciones con la Ley Arancelaria de 1930 que profundizó la Gran Depresión.