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Puebla enfrenta desabasto de gasolina por recortes de Pemex

Gasolineras limitan a 20 litros; escasez de Premium causa filas, avisos y molestia general.

El desabasto de gasolina en Puebla ha comenzado a generar preocupación entre automovilistas, transportistas y empresarios del sector energético. En las últimas dos semanas, varias estaciones de servicio afiliadas a Pemex han recibido solo un tercio del suministro esperado, provocando afectaciones directas al abasto local y al tránsito diario.

Reducción de suministro y problemas logísticos

Según la Asociación de Gasolineros Unidos de Puebla y Tlaxcala, el abasto cayó hasta en un 65% debido a retrasos en pagos por parte de Pemex a las empresas transportistas. Esta situación ha provocado la inmovilización de hasta 50 pipas de distribución, generando una disrupción logística considerable en el sistema de abasto regional.

Como respuesta, algunas estaciones impusieron límites de venta de 20 litros por vehículo, especialmente en el caso de gasolina Premium, que es la más escasa. Usuarios han reportado letreros de advertencia y filas inusuales en puntos de venta, lo cual ha generado incertidumbre y malestar social.

Desigualdad en la distribución y llamados a la autoridad

El desabasto afecta principalmente a estaciones bajo franquicia Pemex, mientras que otras marcas como Mobil o BP mantienen operaciones normales. Pemex se ha deslindado parcialmente del problema, argumentando que algunas estaciones operan bajo contratos con terceros, lo que complica su responsabilidad directa en ciertos puntos.

Organizaciones como Onexpo han solicitado la intervención de la Secretaría de Energía para evitar una crisis mayor, advirtiendo que la situación podría agravarse si no se regulariza el suministro y no se informa con claridad a concesionarios y ciudadanos.

El escenario en Puebla evidencia vulnerabilidades logísticas en la distribución de combustibles, especialmente cuando existen conflictos contractuales o administrativos. Mientras Pemex no aclare su postura ni reactive el flujo regular, la presión sobre el abasto podría escalar, afectando no solo la movilidad urbana sino también el funcionamiento de sectores clave como transporte y comercio.