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¿Qué significan las elecciones judiciales para el futuro de México?

México está a punto de emprender un proceso judicial sin precedentes a nivel mundial. Este domingo 1 de junio, por primera vez en la historia del país, los ciudadanos acudirán a las urnas para elegir mediante voto popular a más de 2,600 jueces y magistrados, incluyendo a quienes integrarán la Suprema Corte y cientos de otros tribunales federales, estatales y locales, transformando radicalmente el sistema de impartición de justicia.

Una transformación radical con expectativas divididas 

La reforma judicial, impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y consolidada por la actual mandataria Claudia Sheinbaum, cambia el paradigma de un sistema basado en nombramientos a uno donde los ciudadanos decidirán directamente quiénes les imparten justicia. Sus defensores sostienen que esta medida democratiza el sistema judicial y combate problemas endémicos como el nepotismo y la corrupción en los tribunales.

Sin embargo, no faltan críticas a este modelo. Expertos advierten que el cambio podría politizar excesivamente a los tribunales, que deberían actuar con independencia, y otorgar demasiada influencia al partido gobernante Morena, que ya controla la presidencia y el Congreso. Además, existe preocupación por la posibilidad de que candidatos sin suficiente experiencia o calificaciones puedan convertirse en jueces, o peor aún, que el crimen organizado pueda ejercer influencia en las elecciones.

Entre la esperanza ciudadana y el desconocimiento 

La percepción ciudadana refleja un panorama complejo. Según una encuesta de Enkoll, se estima una participación del 22,9% en estos comicios, cifra no despreciable considerando lo inédito del proceso. El estudio revela que un 86% de los mexicanos conoce la convocatoria electoral, pero apenas el 48% puede citar correctamente la fecha. Más revelador resulta que el 72% de los encuestados considera necesaria esta elección, aunque un abrumador 77% no ha escuchado mencionar siquiera a los candidatos.

Los ciudadanos mexicanos, acostumbrados a tasas de impunidad cercanas al 90%, anhelan un cambio en el sistema judicial. El 65% opina que estos comicios aumentarán la confianza en el poder judicial y su legitimidad, mientras un 60% los considera eficaces para reducir la corrupción y la impunidad.

El proceso judicial mexicano será observado con atención global por representar la reforma judicial más ambiciosa implementada por una gran democracia. Su desarrollo y resultados establecerán un precedente que podría influir en otros países que enfrentan desafíos similares en sus sistemas judiciales. Las elecciones del domingo determinarán si el voto popular es una herramienta efectiva para construir instituciones judiciales más democráticas y confiables, o si los riesgos advertidos por los críticos terminan superando los potenciales beneficios.