La creatividad no es un talento exclusivo de unos pocos, sino una habilidad que puede entrenarse con práctica y hábitos adecuados. Diversos estudios confirman que todos podemos desarrollar un pensamiento más original si cultivamos estrategias específicas en nuestra rutina diaria.

Habilidades mentales: el cerebro también se ejercita
La investigación académica demuestra que el pensamiento creativo se fortalece al igual que un músculo. Gerard Puccio, experto en creatividad, sostiene que la práctica deliberada mejora la capacidad de generar y perfeccionar ideas.
Su método combina pensamiento divergente: generar ideas novedosas y convergentes, evaluarlas y seleccionarlas en siete etapas aplicables a problemas cotidianos.
En experimentos reales, personas con formación creativa generaron hasta cuatro veces más ideas originales. Entre los más entrenados, la calidad de las soluciones también mejoró sustancialmente.
● Las personas con actitud de aprendizaje evolucionan más rápido.
● El entorno laboral influye en la creatividad sostenida.
● El fracaso puede ser motor, no obstáculo, del proceso creativo.
Hábitos cotidianos: claves para activar el ingenio personal
Además de la teoría, incorporar pequeños gestos diarios puede ser transformador. El estudio japonés TO-FU recopiló 29 hábitos para estimular la creatividad desde lo cotidiano.
Algunos consejos destacados incluyen:
● Llevar una libreta siempre a mano.
● Alejarse de las pantallas y caminar.
● Escuchar música nueva o visitar lugares distintos.
● Permitirse el error y buscar feedback.
Estos hábitos ayudan a desbloquear la mente y fomentar nuevas perspectivas. La constancia en su práctica puede marcar la diferencia, incluso en contextos laborales exigentes.
Cultivar la creatividad no depende del talento innato, sino de la práctica constante y la actitud frente al error. Adoptar hábitos diarios y entrenar la mente puede impulsar ideas más innovadoras y soluciones más efectivas a largo plazo.