Un episodio de lluvias torrenciales azotó el sur de Jordania este domingo, afectando gravemente la ciudad arqueológica de Petra. Las precipitaciones provocaron inundaciones repentinas que obligaron a evacuar a más de 1,700 turistas del sitio, mientras equipos de rescate trabajaban bajo condiciones climáticas adversas.

En medio del operativo, las autoridades hallaron los cuerpos sin vida de una madre y su hijo, ambos turistas de nacionalidad belga, desaparecidos tras la tormenta en la zona de Shobak, próxima al yacimiento. El Departamento de Seguridad General de Jordania confirmó que se ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.
Un fenómeno que se repite con el tiempo
Esta no es la primera vez que Petra se ve amenazada por eventos climáticos extremos. En 2022, una situación similar obligó a evacuar a más de 1.700 personas. Desde hace tres décadas, las autoridades han registrado episodios cíclicos de lluvias intensas, aunque la tragedia de este año reaviva los cuestionamientos sobre las medidas de prevención.
Petra, ciudad tallada en piedra y joya arqueológica de la época nabatea (siglo V a.C.), había recibido ese día 1.785 visitantes. Las autoridades suspendieron la venta de entradas tras los primeros indicios de tormenta, y las tareas de rescate fueron ejecutadas por equipos de la Defensa Civil y el Departamento de Turismo local.
¿Cómo proteger el patrimonio ante el cambio climático?
La tragedia evidencia la vulnerabilidad de los destinos turísticos ante fenómenos naturales cada vez más frecuentes e intensos. Petra, uno de los enclaves arqueológicos más valiosos del mundo, enfrenta el desafío de preservar su legado sin poner en riesgo la seguridad de quienes lo visitan. Planes de evacuación más robustos y tecnología de monitoreo climático son hoy más urgentes que nunca.